25.7.17

Por eso les digo: obedezcan al Espíritu de Dios


Gál 5:16  Por eso les digo: obedezcan al Espíritu de Dios, y así no desearán hacer lo malo. 
Gál 5:17  Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje. 
Gál 5:18  Pero si obedecen al Espíritu de Dios, ya no están obligados a obedecer la ley. 
Gál 5:19  Todo el mundo conoce la conducta de los que obedecen a sus malos deseos: no son fieles en el matrimonio, tienen relaciones sexuales prohibidas, muchos vicios y malos pensamientos. 
Gál 5:20  Adoran a dioses falsos, practican la brujería y odian a los demás. Se pelean unos con otros, son celosos y se enojan por todo. Son egoístas, discuten y causan divisiones. 
Gál 5:21  Son envidiosos, y hasta matan; se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas cosas malas. Les advierto, como ya lo había hecho antes, que los que hacen esto no formarán parte del reino de Dios. 
Gál 5:22  En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, 
Gál 5:23  ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto. 
Gál 5:24  Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos. 
Gál 5:25  Si el Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecerlo en todo. 
Gál 5:26  No seamos orgullosos, ni provoquemos el enojo y la envidia de los demás por creernos mejores que ellos. 

  Si fuéramos cuidadosos para actuar bajo la dirección y el poder del Espíritu bendito, aunque no fuésemos liberados de los estímulos y de la oposición de la naturaleza corrupta que queda en nosotros, esta no tendría dominio sobre nosotros. Los creyentes están metidos en un conflicto en que desean sinceramente esa gracia que puede alcanzar la victoria plena y rápida. Los que desean entregarse a la dirección del Espíritu Santo no están bajo la ley como pacto de obras, ni expuestos a su espantosa maldición. Su odio por el pecado, y su búsqueda de la santidad, muestran que tienen una parte en la salvación del evangelio.

Las obras de la carne son muchas y manifiestas. Esos pecados excluirán del cielo a los hombres. Pero, ¡cuánta gente que se dice cristiana vive así y dicen que esperan el cielo! -Se enumeran los frutos del Espíritu, o de la naturaleza renovada, que tenemos que hacer. Y así como el apóstol había nombrado principalmente las obras de la carne, no sólo dañinas para los mismos hombres, sino que tienden a hacerlos mutuamente nocivos, así aquí el apóstol nota principalmente los frutos del Espíritu, que tienden a hacer mutuamente agradables a los cristianos, como asimismo a hacerlos felices. Los frutos del Espíritu muestran evidentemente que ellos son guiados por el Espíritu.


La descripción de las obras de la carne y de los frutos del Espíritu nos dice qué debemos evitar y resistir y qué debemos desear y cultivar; y este es el afán y empresa sinceros de todos los cristianos reales. El pecado no reina ahora en sus cuerpos mortales, de modo que le obedezcan, Romanos vi, 12, pues ellos procuran destruirlo. Cristo nunca reconocerá a los que se rinden a ser siervos del pecado. Y no basta con que cesemos de hacer el mal sino que debemos aprender a hacer el bien. Nuestra conversación siempre deberá corresponder al principio que nos guía y nos gobierna, Romanos viii, 5. Debemos dedicarnos con fervor a mortificar las obras del cuerpo y a caminar en la vida nueva sin desear la vanagloria ni desear indebidamente la estima y el aplauso de los hombres, sin provocarse ni envidiarse mutuamente, sino buscando llevar esos buenos frutos con mayor abundancia, que son, a través de Jesucristo, para la alabanza y la gloria de Dios.

17.7.17

Camina con Dios cada dia de tu vida


Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. Salmos 81:12

Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre. Salmos 86:11


Podemos tener bastante de Dios, si oramos con fe.
Toda la maldad del mundo se debe a la disposición del hombre. La gente no es religiosa porque no quieren serlo. Dios no es el Autor del pecado de ellos; Él los entrega a la concupiscencia de sus propios corazones, y a los consejos de sus cabezas; si no hacen bien, la culpa debe estar en ellos. El Señor no quiere que nadie perezca. ¡Qué enemigos para sí mismos son los pecadores! El pecado es el que hace durar nuestros problemas, y demora nuestra salvación.

En las mismas condiciones de fe y obediencia, los cristianos deben aferrarse a las buenas cosas espirituales y eternas que simbolizan los hermosos campos y las fértiles colinas de Canaán. Cristo es el Pan de Vida; Él es la Roca de la Salvación y sus promesas son como miel para las mentes piadosas. Pero quienes lo rechazan como Señor y Amo de ellos, deben también perderlo como su Salvador y galardón.

Sólo nuestro Dios posee poder omnipotente y amor infinito. Cristo es el camino y la verdad. El alma creyente deseará que se le enseñe el camino y la verdad de Dios para andar en Él, más que ser liberada de la angustia terrenal.

Quienes no ponen al Señor delante de ellos, buscan las almas de los creyentes; pero la compasión, la misericordia y la verdad de Dios son su refugio y su consuelo. Aquellos cuyos padres fueron siervos del Señor pueden plantear esto como argumento para ser escuchados y ayudados.

Considerando la experiencia de David y la del creyente, no debemos perder de vista a Aquel que, siendo rico, por nosotros se hizo pobre para que por su pobreza nosotros fuésemos enriquecidos.





11.7.17

Como ser libre de ataduras espirituales del pasado


De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Co. 5:17

El hombre renovado actúa sobre la base de principios nuevos, por reglas nuevas, con finalidades nuevas y con compañía nueva. El creyente es creado de nuevo; su corazón no es sólo enderezado; le es dado un corazón nuevo. Es hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras. Aunque es el mismo como hombre, ha cambiado su carácter y conducta. Estas palabras deben significar más que una reforma superficial. El hombre que antes no veía belleza en el Salvador para desearlo, ahora le ama por sobre todas las cosas.

El corazón del que no está regenerado está lleno de enemistad contra Dios, y Dios está justamente ofendido con él. Pero puede haber reconciliación. Nuestro Dios ofendido nos ha reconciliado consigo por Jesucristo.

10.7.17

Vivamos bajo el cuidado del Dios Altisimo


1 Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; pasemos la noche bajo la protección del Dios todopoderoso.
2 Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quien confiamos!
3 Sólo él puede librarnos de los peligros ocultos y de enfermedades mortales;
4 sólo bajo su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos.
5 Ni de día ni de noche tendremos que preocuparnos de estar en peligro de muerte.
6 Ni en las sombras de la noche, ni a plena luz del día, nos caerá desgracia alguna.
7 Tal vez a nuestra izquierda veamos caer miles de muertos; tal vez a nuestra derecha veamos caer diez mil más, pero a nosotros nada nos pasará.
8 Con nuestros propios ojos veremos cómo los malvados reciben su merecido.
9 El Dios altísimo es nuestro refugio y protección.
10 Por eso ningún desastre vendrá sobre nuestros hogares.
11 Dios mismo les dirá a sus ángeles que nos cuiden por todas partes.
12 Los ángeles nos llevarán en brazos para que no tropecemos con nada;
13 andaremos entre leones y serpientes, ¡y los aplastaremos!
14 Dios dice: <<Mi pueblo me ama y me conoce; por eso yo lo pondré a salvo.
15 Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores,
16 le daré muchos años de vida, y lo haré gozar de mi salvación>>.
Salmos 91:1 - 16 [TLA]

8.7.17

El Ciclo de la vida espiritual, todo lo que tiene vida en Dios...Crece


1Co 13:11  Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

Cuando era niño (11). Esta comparación nos recuerda que nuestra vida en la fe no es más que la preparación a lo que seremos en el cielo. Cuando la persona resucitada renazca de Dios, ya no habrá representantes de Dios, ni milagros todo esto no servirá más que los juguetes del niño cuando ya se ha hecho hombre. La única realidad celeste que no será nueva para nosotros será el amor (nunca pasará), y según la medida del amor que haya florecido en nosotros, participaremos de la Gloria de Dios en la visión cara a cara.


7.7.17

El Consejo de Dios para los Jovenes de Hoy


1 Querido jovencito, grábate bien mis enseñanzas; memoriza mis mandamientos.
2 Así te irá siempre bien por el resto de tu vida.
3 Ama siempre a Dios y sé sincero con tus amigos;
4 así estarás bien con Dios y con tus semejantes.
5 Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes.
6 Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.
7 No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal;
8 así te mantendrás sano y fuerte.
9 Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes;
10 así nunca te faltará ni comida ni bebida.
11 Querido jovencito, no rechaces la instrucción de Dios ni te enojes cuando te reprenda.
12 Porque Dios corrige a quienes ama, como corrige un padre a sus hijos.
13 Dios bendice al joven que actúa con sabiduría,
14 y que saca de ella más provecho que del oro y la plata.
15 La sabiduría y el conocimiento valen más que las piedras preciosas; ¡ni los tesoros más valiosos se les pueden comparar!
16 Por un lado, te dan larga vida; por el otro, buena fama y riquezas.
17 Qué grato es seguir sus consejos, pues en ellos hay bienestar.
18 ¡Dios bendice al joven que ama a la sabiduría, pues de ella obtiene la vida!
19 Con sabiduría y gran cuidado Dios afirmó cielo y tierra.
20 Con su conocimiento hizo brotar lagos y ríos y dejó caer la lluvia.
21 Querido jovencito, aprende a tomar buenas decisiones y piensa bien lo que haces.
22 Hacerlo así te dará vida y los demás te admirarán.
23 Andarás por la vida sin problemas ni tropiezos.
24 Cuando te acuestes, podrás dormir tranquilo y sin preocupaciones.
25 No sufrirás las desgracias que caen sobre los malvados.
26 Dios siempre estará a tu lado y nada te hará caer.
27 No te niegues a hacer un favor, siempre que puedas hacerlo.
28 Nunca digas: <<Te ayudaré mañana>>, cuando puedas ayudar hoy.
29 Nunca traiciones al amigo que confía en ti.
30 No andes buscando pleitos, si nadie te ha hecho daño.
31 No envidies a los violentos ni sigas su mal ejemplo.
32 Dios no soporta a los malvados, pero es amigo de la gente honrada.
33 Dios bendice el hogar del hombre honrado, pero maldice la casa del malvado.
34 Dios se burla de los burlones, pero brinda su ayuda a los humildes.
35 Los sabios merecen honra, y los tontos, sólo deshonra.
Proverbios 3:1 - 35 [TLA]

Vivimos tiempos peligrosos, Busca de Dios antes de que sea tarde


1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,

5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

2 Timoteo 3:1-5

Aun en la época del evangelio habría tiempos peligrosos a causa de persecuciones desde afuera, más aun por las corrupciones internas. A los hombres les gusta acceder a sus propias concupiscencias más que complacer a Dios y cumplir su deber. Cuando todo hombre anhela lo que puede obtener y ansía conservar lo que tiene, esto hace que los hombres sean peligrosos, los unos para los otros. Cuando los hombres no temen a Dios, no consideran al hombre. Cuando los hijos son desobedientes con sus padres, esto hace que los tiempos sean peligrosos. Los hombres son impíos y sin temor de Dios porque son ingratos ante las misericordias de Dios. Abusamos de las dádivas de Dios si las hacemos alimento y combustible de nuestras concupiscencias. Los tiempos también son peligrosos cuando los padres carecen de afecto natural por sus hijos. Cuando los hombres no mandan sus propios espíritus sólo desprecian lo bueno y honroso. Dios tiene que ser amado por encima de todo, pero la mente carnal, llena de enemistad contra Él, prefiere cualquier cosa antes que a Él, especialmente al placer carnal.


6.7.17

No todos entraran en el Reino de Dios


No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21

Aquí Cristo muestra que no bastará reconocerlos como nuestro Amo sólo de palabra y lengua. Es necesario para nuestra dicha que creamos en Cristo, que nos arrepintamos de pecado, que vivamos una vida santa, que nos amemos unos a otros. Esta es su voluntad, nuestra santificación.

Pongamos cuidado de no apoyarnos en los privilegios y obras externas, no sea que nos engañemos y perezcamos eternamente con una mentira a nuestra derecha, como lo hacen multitudes. Que cada uno que invoca el nombre de Cristo se aleje de todo pecado. 

Hay otros cuya religión descansa en el puro oír, sin ir más allá; sus cabezas están llenas de nociones vacías. Estas dos clases de oidores están representados por los dos constructores. Esta parábola nos enseña a oír y hacer los dichos del Señor Jesús: algunos pueden parecer duros para carne y sangre, pero deben hacerse. Cristo está puesto como cimiento y toda otra cosa fuera de Cristo es arena. 

Algunos construyen sus esperanzas en la prosperidad mundanal; otros, en una profesión externa de religión. Sobre estas se aventuran, pero esas son todo arena, demasiado débiles para soportar una trama como nuestras esperanzas del cielo.

Hay una tormenta que viene y probará la obra de todo hombre. Cuando Dios quita el alma, ¿dónde está la esperanza del hipócrita? La casa se derrumbó en la tormenta, cuando más la necesitaba el constructor, y esperaba que le fuera un refugio. Se cayó cuando era demasiado tarde para edificar otra. 

El Señor nos haga constructores sabios para la eternidad. Entonces, nada nos separará del amor de Cristo Jesús.